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viernes, 2 de abril de 2010

DEUDA EXTERNA DE ARGENTINA

DEUDA EXTERNA DE ARGENTINA
Las discusiones sobre las causas de la crisis económica argentina son muchas, y muy duras en sus juicios. Unos culpan al Plan de Convertibilidad, que fijaba el tipo de cambio del peso en igualdad con el dólar, lo que causó la debacle. Otros, que fueron los malos manejos de las cuentas fiscales, mientras los demás piensan que la falta de actuación de los organismos multilaterales fue lo que llevó el país a la situación de quiebrA. Todos en alguna medida tienen su parte de razón. Pues ha sido una conjunción de factores lo que hizo estallar la mayor crisis económica, social y tal vez política de la historia argentina.Al igual que sucediera con la crisis de la deuda externa en los años ochenta, también de esta crisis se desprenden varias lecciones que otros países en desarrollo deberían tener muy en cuenta para no incurrir en esta situación.
La más visible es que la ‘teoría económica’ funciona. La combinación de déficits fiscales crecientes, causados por malos manejos administrativos y exceso de burocracia –cuando no por una abierta corrupción –, una tasa de cambio fija que restringe la política monetaria, encadenando las reservas internacionales del país con su circulante interno, conlleva una falta de financiación tanto para el Gobierno como para el sector privado, generando por sí misma una situación explosiva, es decir, la quiebra.
La bien reconocida lección es la debilidad del sistema político e institucional argentino, cuya descomposición y corrosión provienen de antiguo, aunque haya sido en estos momentos tan críticos cuando se han hecho realmente importantes para hallar una solución la crisis.
Políticamente, el anterior presidente Fernando de la Rúa y ministro de Economía Domingo Cavallo, como ahora sus respectivos sucesores, Eduardo Duhalde y Jorge Remes-Lenicov, no contaban entre sus planes que el FMI optara por el camino que ha tomado: no realizar nuevos préstamos, como tampoco otros prestamistas internacionales, que no otorgan dólares para que sean dilapidados como en anteriores ocasiones, cuando se proporcionaba dinerO fresco, para tapar reiterados incumplimientos, consecuencia de una economía sin orden, con baja solvencia, soportando las arbitrariedades institucionales y vaivenes de clase política en franco retroceso de credibilidad social.Institucionalmente, la actitud del Gobierno ha sido no respetar la seguridad jurídica, el incumplimiento de los contratos en el tráfico jurídico, y en última instancia al Estado de Derecho.
El Intervencionismo norteamericano, aunque no menos importantes, es menos visible. Por un lado, se constata el ‘endurecimiento’ de la política de intervención económica llevada a cabo por Estados Unidos en otros países del mundo.
Una buena cuarta lección es que se nota una mayor amplitud de miras de los inversionistas norteamericanos respecto a la región. América Latina ya no es vista como "el continente debajo de Río Grande". Durante la crisis asiática y rusa se cerró el mercado de capitales internacionales para nuevas emisiones soberanas, acontecimiento que no ha sucedido con la crisis argentina.
La quinta lección nos ofrece las paradojas de la globalización. Las economías se están volviendo cada vez más dependientes de sí mismas. A falta de un prestamista de última instancia en el mercado internacional, la disciplina monetaria y fiscal se ha vuelto, ya lo era, cada vez más importante. Y los gobiernos, por la misma fuerza de los hechos, tienen que ser cada vez más responsables. Mucho más de lo que lo fueron sucesivamente en Argentina.
AMERICA LATINA
Para comprender las implicaciones y el significado de la Deuda Externa que afrontan los países del tercer mundo, y concretamente en América Latina, tendríamos que situarnos en primer lugar dentro de un devenir histórico que nos develaría en cada país, su trayectoria especifica en cuanto a su proceso de endeudamiento. y tendríamos que comprender el funcionamiento del Sistema Financiero Internacional sobretodo de los últimos veinte años. El asunto de la deuda tiene pues raíces históricas muy profundas y una explicación desde la complejidad de las tendencias económicas mundiales actuales. Estas dos dimensiones asumidas críticamente, nos explicarían en parte lo que sucede con la Deuda Externa en América Latina. 1. Génesis del endeudamiento.
Presencia de un modelo económico excesivamente dependiente del endeudamiento externo. Los efectos de la dependencia se hacen sentir en tiempo de crisis.
Redistribución del ingreso poco propicia para generar ahorros internos.
Tipos de interés real negativos y tipos de cambio con tendencia a la sobrevaloración de las monedas nacionales.
Fuga de capitales.
2. La crisis.
El uso de los prestamos no ha generado ingresos suficientes para atender al servicio de la deuda.
Parte de los prestamos se ha gastado mal: obras públicas suntuarias, proyectos poco rentables, armamento, corrupción administrativa.
Mas que a la inversión se ha utilizado en financiar el consumo público y privado.
Recurso a nuevos préstamos más caros y en peores condiciones.
Retraso en emprender medidas de ajuste.
3. La búsqueda de soluciones.
Reformulación de la estrategia de desarrollo: aumentar el ahorro interno y la exportación.
Reducción del gasto público no productivo y la inflación.
Medidas para atraer la inversión extranjera.
Colaboración entre los países latinoamericanos.
Negociar una limitación del servicio de la deuda de acuerdo a las necesidades de acumulación de los países.
Las dos crisis anteriores de América Latina (en 1995 y 1999) no tuvieron las consecuencias que está teniendo la actual. Veamos los números. En 1995 el PIB regional mantuvo un crecimiento positivo de 1.1 por ciento; en 1999 el crecimiento siguió positivo, pero ya sólo en un minúsculo 0,4 por ciento. Sin embargo, las previsiones para 2002 pronostican una regresión absoluta del PIB en el orden de 0,8 por ciento para toda la región. O sea, el año en curso será ciertamente el peor en más de una década de historia económica latinoamericana. Y añadiendo tendencias de mediano plazo a la coyuntura, señalemos que 2002 apunta a ser el cuarto año consecutivo en que América Latina registrará una salida neta de recursos a favor del resto del mundo
Cuando nos referimos a la deuda externa, normalmente no encontramos con datos económicos y monetarios, pero el drama de la deuda supone que nos encontremos con los costos humanos. Las cantidades de dinero destinadas a su pago implican severas restricciones para las inversionEs en las necesidades básicas de educación, agua y sanidad, y tiene como consecuencia un escandaloso y vergonzoso panorama de enfermedad, hambre y analfabetismo. Este es el problema y no podemos evadirlo con racionalizaciones.La Deuda Externa es justamente uno de los mecanismos con los cuales se implantan las políticas económicas de dependencia y subordinación de los países del tercer mundo a las economías del primer mundo. Ahora bien, cuando se habla del conflicto Norte-Sur, no se entiende hoy en un sentido geográfico sino económico y político. Forma parte del norte económico no solo los ocho países más industrializados del mundo sino también los organismos financieros internacionales, como el BM y el FMI y las empresas transnacionales. Por otro lado, también forman parte del Sur económico las mayorías populares empobrecidas que sobreviven en el Norte Geográfico.
¿Quiénes son los responsables de la Deuda en estas operaciones de endeudamiento?En primer lugar es evidente que las entidades financieras internacionales no son entes abstractos. Es fácil comprender que los financieros del FMI y del BM no solo actúan a titulo particular, sino en nombre de los países más ricos y de sus instituciones bancarias: Club de París y de Londres, el G 7. Tales organismos actúan por mandato recibido de los bancos asociados, respaldados por los gobiernos de los países miembros. No hay por tanto una gran distancia entre los usos bancarios y las costumbres políticas de los países occidentales que se proclaman democráticos.Al interior de los "países pobres deudores" existe una terrible desigualdad entre una minoría privilegiada, que vive ostentosamente y una gran mayoría de pobres que, están en una verdadera miseria, sin oportunidades de acceder a los servicios básicos.

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